- El fenómeno se debe a los efectos del aumento de la radiación solar
Un estudio científico francés predice la pérdida del líquido vital en el planeta
PARÍS, FRANCIA (12/DIC/2013).- Dentro de aproximadamente mil millones de años se habrá evaporado todo el agua de la Tierra, indica un estudio científico francés difundido hoy, que aplaza en varios cientos de millones de años las estimaciones realizadas en anteriores previsiones.
Ese fenómeno, según la investigación que mañana saldrá publicada en la revista "Nature", se debe a los efectos del aumento de la radiación solar, que no tiene ningún vínculo con el calentamiento climático.
Al igual que la mayor parte de las estrellas, según esas conclusiones, la luminosidad del Sol aumenta muy lentamente y de forma natural a lo largo de su existencia, lo que conlleva un alza de las temperaturas terrestres.
El CNRS y los otros tres institutos implicados señalan que la cantidad de vapor de agua en la atmósfera se incrementa con la temperatura de los océanos, y explican que el vapor de agua es un gas de efecto invernadero que participa en el calentamiento de la superficie terrestre.
Esos científicos prevén que ese incremento acabe provocando la "ebullición de los océanos" y la desaparición del agua en su estado líquido.
Otra consecuencia de esa hipótesis es la desestabilización del efecto invernadero, que no permitiría seguir conservando en la Tierra una temperatura media "clemente" de 15 grados centígrados.
Hasta la fecha, no era posible evaluar ese momento con fiabilidad, según los expertos, porque ese fenómeno se había estudiado con modelos astrofísicos muy simplificados, que analizaban la Tierra como un ente uniforme y que no tenían en cuenta elementos "esenciales" como las estaciones o las nubes.
El nuevo modelo, tridimensional, asegura ser capaz de predecir la evolución del medio ambiente terrestre bajo el efecto de un aumento muy fuerte de la radiación solar.
Según ese último estudio, el punto de inflexión se producirá cuando la radiación solar media alcance unos 375 vatios por metro cuadrado, frente a los 341 vatios actuales, algo que se espera para dentro de unos 1.000 millones de años.
La diferencia con las anteriores previsiones es que este modelo otorga un papel determinante a la circulación atmosférica, que, al tiempo que transporta el calor desde el Ecuador hasta las latitudes medianas, "seca" esas regiones calientes y reduce el efecto invernadero en esas partes donde es más susceptible de acelerarse.
"El aumento de la radiación solar parece intensificar esta circulación, secando primero las regiones subtropicales y estabilizando el clima durante varios cientos de millones de años, antes de alcanzar el punto de no retorno", añaden los investigadores.
Este fenómeno podría explicar por qué Venus, más cercano al Sol, se ha transformado en "un horno", y facilitaría igualmente la comprensión del clima de los exoplanetas, añaden los expertos, que precisan que un planeta no necesita ser "exactamente" como la Tierra para poseer océanos.
Ese fenómeno, según la investigación que mañana saldrá publicada en la revista "Nature", se debe a los efectos del aumento de la radiación solar, que no tiene ningún vínculo con el calentamiento climático.
Al igual que la mayor parte de las estrellas, según esas conclusiones, la luminosidad del Sol aumenta muy lentamente y de forma natural a lo largo de su existencia, lo que conlleva un alza de las temperaturas terrestres.
El CNRS y los otros tres institutos implicados señalan que la cantidad de vapor de agua en la atmósfera se incrementa con la temperatura de los océanos, y explican que el vapor de agua es un gas de efecto invernadero que participa en el calentamiento de la superficie terrestre.
Esos científicos prevén que ese incremento acabe provocando la "ebullición de los océanos" y la desaparición del agua en su estado líquido.
Otra consecuencia de esa hipótesis es la desestabilización del efecto invernadero, que no permitiría seguir conservando en la Tierra una temperatura media "clemente" de 15 grados centígrados.
Hasta la fecha, no era posible evaluar ese momento con fiabilidad, según los expertos, porque ese fenómeno se había estudiado con modelos astrofísicos muy simplificados, que analizaban la Tierra como un ente uniforme y que no tenían en cuenta elementos "esenciales" como las estaciones o las nubes.
El nuevo modelo, tridimensional, asegura ser capaz de predecir la evolución del medio ambiente terrestre bajo el efecto de un aumento muy fuerte de la radiación solar.
Según ese último estudio, el punto de inflexión se producirá cuando la radiación solar media alcance unos 375 vatios por metro cuadrado, frente a los 341 vatios actuales, algo que se espera para dentro de unos 1.000 millones de años.
La diferencia con las anteriores previsiones es que este modelo otorga un papel determinante a la circulación atmosférica, que, al tiempo que transporta el calor desde el Ecuador hasta las latitudes medianas, "seca" esas regiones calientes y reduce el efecto invernadero en esas partes donde es más susceptible de acelerarse.
"El aumento de la radiación solar parece intensificar esta circulación, secando primero las regiones subtropicales y estabilizando el clima durante varios cientos de millones de años, antes de alcanzar el punto de no retorno", añaden los investigadores.
Este fenómeno podría explicar por qué Venus, más cercano al Sol, se ha transformado en "un horno", y facilitaría igualmente la comprensión del clima de los exoplanetas, añaden los expertos, que precisan que un planeta no necesita ser "exactamente" como la Tierra para poseer océanos.
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